La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo sus perspectivas de crecimiento para México, estima que en 2019 el país alcanzará una tasa de 2 por ciento, por debajo de la previsión de 2.5 por ciento realizada en noviembre pasado; para 2020 sus pronósticos bajaron de 2.8 a 2.3 por ciento.
De acuerdo con el documento preliminar sobre Perspectivas Económicas, las fuertes remesas, el aumento del salario mínimo y los planes del gobierno para impulsar la inversión en infraestructura y reactivar la producción de energía deberían elevar la demanda interna en el país. Agregó que México tiene un sólido marco de política macroeconómica, tipo de cambio flexible y exposiciones manejables a la deuda denominada en moneda extranjera, así como margen para impulsar la política monetaria en la medida que la inflación disminuya mientras se aprovecha la oportunidad para mejorar las posiciones fiscales, si es necesario.
Ajustes mundiales Para la economía mundial, la OCDE también ajustó a la baja sus pronósticos, de 3.5 a 3.3 por ciento para 2019; y de 3.5 a 3.4 por ciento en 2020, un contexto donde prevé que la expansión global seguirá perdiendo impulso y los riesgos siguen aumentando.
A nivel mundial, detalló que la alta incertidumbre política, las tensiones comerciales actuales y una mayor erosión de la confianza empresarial y del consumidor contribuyen a la desaceleración, al tiempo que el crecimiento del comercio mundial se ha desacelerado drásticamente y las mediciones de los nuevos pedidos siguen disminuyendo en muchos países.