Descansar al hacer ejercicio puede marcar la diferencia entre un buen y un mal resultado. A todos nos gustaría que de un día para otro nuestro cuerpo cambiará mágicamente, nos encantaría que la rutina de gimnasio fuese visible al instante, sin embargo, esta ambición mal enfocada nos puede llevar a cometer uno de los errores más comunes al realizar actividad física, que es no descansar adecuadamente entre cada rutina de ejercicio.
Para entender la necesidad de un correcto descanso, debemos saber cómo se comporta nuestro cuerpo antes, durante y después de una rutina de ejercicios. Antes de hacer ejercicio, los músculos se encuentran en un estado de reposo, por ello se recomienda estirar y calentar para evitar desgarres, de esta forma se prepara al cuerpo para la rutina.
Durante el ejercicio, los músculos pasan por mucho estrés y se rompen fibras, pero no te asustes, esto es normal. Después del ejercicio, el músculo comienza a regenerar esas fibras que se rompieron, este proceso es el que trae consigo el crecimiento del músculo. Al dormir las horas necesarias, ayudamos a que nuestros músculos se regeneren más rápido. Por ello es tan importante contar con un buen descanso entre cada rutina de ejercicio.
De no contar con el descanso adecuado al hacer ejercicio, el cuerpo comenzará a resentir la fatiga, lo que puede provocar desgarros musculares o pérdida de fuerza. Esto es notable en personas apasionadas por el levantamiento de pesas, que en lugar de ascender en su capacidad de cargar peso, observan una disminución en su capacidad debido a la fatiga muscular. Además, el rendimiento en la práctica de ejercicios cardiovasculares, también puede verse afectado, así como la concentración, lo cual puede repercutir en el ámbito laboral o escolar.