El voleibol sentado es una variante de voleibol para atletas en situación de discapacidad.
Fue incorporado en 1980 durante los Juegos Paralímpicos de Arnhem.
El juego y la técnica es la misma que la de voleibol, solo en los aspectos relativos a la movilidad de los jugadores cambia alguna regla y dimensión.
Se exige a los jugadores que conforman el equipo unos grados de discapacidad mínimos.
Los jugadores tienen que permanecer sentados, manteniendo la pelvis en contacto con el suelo, y la elevación en el momento de jugar el balón es falta.