La productividad laboral en México; apuntó Giselle Arellano; es una medida en el trabajo, que mide la eficiencia de una persona, de un equipo, o una maquinaria, en la conversión de insumos en productos útiles y que por su naturaleza, inquieta a los empresarios y analistas económicos del país; sobre todo en los últimos años, en los que; el crecimiento económico mexicano ha estado estancado.
Destacó que de acuerdo al INEGI, el índice de crecimiento global de Productividad Laboral de la Economía (IGPLE) por hora trabajada, se ubicó en 95.4 puntos al cierre de 2021, lo que implicó una contracción anual de -6.4 por ciento, llegando a su nivel más bajo de los últimos 12 años, lo que significa que el país requiere de más de 200 años para duplicar su nivel actual de producción.
Por ello, agregó Giselle Arellano que en términos absolutos, la OECD colocó a México en el lugar 91 en el ranking mundial de productividad laboral, por debajo de países como Vietnam, Malasia e incluso Bolivia, debido al principal problema que viene arrastrando en materia educativa ya que de acuerdo al informe de PISA, México ocupa el lugar 52 en matemáticas, 57 en ciencias y 47 en comprensión lectora.
Asimismo, señaló que otros factores que afectan negativamente la productividad laboral en México son la falta de innovación, la mala calidad de los equipamientos y la infraestructura, así como la corrupción, sin embargo, reconoció que este país, ha logrado mejorar su productividad laboral en los últimos años, gracias a la apertura económica, la modernización de la agricultura y la industrialización. No obstante, todavía hay mucho por hacer para que México pueda alcanzar el nivel de productividad de otros países desarrollados.
En este renglón, Giselle Arellano afirmó que para mejorar la productividad laboral se requiere de inversiones en capital, tecnología y trabajadores capacitados donde el capital puede estar en forma de equipamiento, maquinaria, edificios y transporte mientras que la tecnología puede estar en forma de software, hardware, comunicaciones y otros tipos de tecnologías y en los trabajadores la capacitación deberá ser a través de formación y educación adecuadas, así como de una buena gestión de recursos humanos.
Todos ellos –agregó- son los principales medios para mejorar las habilidades y el conocimiento de los trabajadores quienes al final del día, producirán más; con los mismos recursos.
Finalmente subrayó que en México se reconoce la importancia de la productividad laboral para el crecimiento económico y el bienestar social de la población, por ello a través de los años se han implementado diversas políticas públicas, como el Programa Nacional de Competitividad y Productividad que tiene como objetivo impulsar la competitividad de México ante otros países.
** Giselle Arellano es Lic. en Mercadotecnia por el ITESM y la California State University of Northridge. Precursora de los Objetivos del Desarrollo Sostenible definidos por la ONU, e impulsora para disminuir la brecha de participación de mujeres de alto impacto social y los niños.