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Gobierno de Sonora realiza Maratón Estatal de Teatro

La historia del teatro es, casi, la historia de la humanidad. Y entonces, está habitada por millones de historias, de anécdotas, de particularidades que corren subterráneas pero paralelas a nuestra evolución como seres humanos. De ahí la trascendencia de celebrar el Día del Teatro, porque es, en realidad, la celebración de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que seremos.

El día de ayer, en todo Sonora, se llevó a cabo el Maratón Estatal de Teatro, una iniciativa del Gobierno de Sonora por medio del Instituto Sonorense de Cultura de la mano de la coordinación de Teatro, que llevó obras a distintos puntos geográficos de la entidad.

¿Cómo se relata un maratón que sucede en distintas latitudes espaciales? La respuesta bien la podríamos encontrar en el propio teatro. En 1638, el artista renacentista (en toda la concepción de la palabra: pintor, escultor, académico, escritor, actor, inventor) Gian Lorenzo Bernini decidió probar suerte en el teatro. Lo hizo a su modo: salvajemente creativo. “La fiera”, “El empresario”, “La inundación del Tavere” son algunas de sus obras que su biógrafo -su hijo, Dominico Bernini- recopiló cuando Gian Lorenzo murió. Sin embargo, es en la faceta de inventor donde quisiera detenerme. Bernini, un genio hiperactivo, logró con ayuda de ingenieros y registas de su época, construir algunos de los artefactos más complejos de su era enfocados en la escenografía: así, sus obras fueron precursores-siglos antes- de las experiencias 4D: inundar el escenario, o prenderle fuego a través de esos artefactos son algunos de sus éxitos. Su biógrafo -repetimos: su hijo Domenico- cuenta que también tenía una fijación por construir artefactos que encapsularan lo que es el teatro. Uno de ellos, es una variación de los espejos cóncavos y la cámara negra-muy en boga en esos años por los pintores- que permitía observar desde distintas perspectivas diferentes puntos. Un laberinto de sombras y luces, de recreaciones y representaciones que bien podrían ser una especie de referencia a la caverna platónica y ¿qué es el teatro si no, una expresión de ese mito fundacional de la humanidad?

Si pudiéramos hacernos de ese prototipo de Bernini, podríamos encajar la mirada para ver las obras que nutrieron el Maratón de Teatro del ISC. Hermosillo, Caborca, Puerto Peñasco, San Luis Río Colorado, Ciudad Obregón, Navojoa y Magdalena de Kino, como puntos de una constelación que están permeados por la sed de contarnos sus historias.

“Cuentos con finales diferentes para niños desenfadados”, dirigido por Damián Zavala e interpretado por los integrantes del taller y compañía de teatro comunitario del Centro Cultural Doctor Héctor Chávez Fontes, lleva ya desde su título una declaración de intenciones: el teatro como sorpresa. Por la tarde transfronteriza de San Luis Río Colorado, marcado por ese sol desértico de colores inenarrables, se presentó “La más fuerte”, obra de August Strindbergh e interpretada por Laisha Centeno y Ayram Soto. Es una obra monólogo construido desde el marasmo interno de la Señorita X y su relación con la Señorita Y. Una historia de competencia, inseguridades, deseos, rencores y más. Texto paradójico por su finura y su crueldad.

El artefacto berniniano ahora nos conduce a Puerto Peñasco y a Caborca, puntos hipnóticos de la geografía sonorense, donde se presentaron obras de Cutberto López Reyes: “Baño de Sacristía y baño de familia”, interpretado por la Escuela municipal de teatro TAIDE. En Caborca, “Ligas mayores” de Cutberto López, llevó la dirección de Elsa Marina Prieto y La Chiripa Teatro. Exponentes fantásticos de la salud del teatro sonorense y que han iniciado caminos empujando los límites temáticos y formales de nuestro quehacer escénico.

La caja de Bernini a hora nos conduce a Magdalena de Kino, donde el Grupo de teatro representativo de la Casa de la Cultura de Magdalena de Kino, hace una lectura dramatizada del texto “Como la lluvia” del autor sonorense Carlos Sánchez. Después visitamos Ciudad Obregón para visitar uno de los pasajes más oscuros de nuestra historia con la obra “Made in China”, del Colectivo Independiente Punto Tres y escrita y dirigida por Rafael Evans. Una obra con una propuesta visual hermosa y compleja y que no tiene empacho en mostrar esos episodios sombríos con una elegancia, honestidad y humanismo.

Más al sur de nuestra región, en Navojoa, podríamos echar mirada para ver “La locura de Romeo y Julieta”, interpretado por Grupo Universitario de Teatro Cuarta Pared del ITSON-Navojoa y con dirección de Marian Amavizca. Ya en la capital sonorense, llegamos a la ganadora de la Muestra Estatal de Teatro 2022: Kassandra.

Kassandra es un personaje emanado de las tragedias griegas: Una especie de sacerdotisa del dios Apolo que se rebeló, un oráculo capaz de ver el futuro que, sin embargo, nadie tomaba en serio. Hija de los reyes de Troya y figura periférica de la epopeya homérica, Kassandra es un personaje que sirve para reflexionar acerca de tantas cosas, quizás la principal, las violencias silenciadas.

Una obra del dramaturgo franco-uruguayo Sergio Blanco, la dirección de Hilda Valencia y la actuación de Aram Quijada. Kassandra es un monólogo divertido y crudo que dentro de esas explosiones de comedia, delata una profunda crítica a las violencias hacia las mujeres, las personas transgénero y no binarias.

El artefacto que ideó Bernini se ha roto ya. Pero nos ha permitido asistir a este maratón de teatro en todo Sonora.