El presidente de Francia, Emmanuel Macron, causó preocupación entre los líderes mundiales, pues fue durante el encuentro en París con una veintena de gobernantes, (principalmente europeos), donde expresó el su posición en relación con el conflicto en Ucrania, generando reacciones, desmentidos, críticas y advertencias.
El detonante de la controversia fue la afirmación de Macron sobre la falta de consenso para enviar tropas de la OTAN a la guerra en Ucrania, seguida de una declaración ambigua: “No debemos excluir nada. Haremos todo lo posible para que Rusia no pueda ganar esta guerra. La derrota de Rusia, estamos convencidos, es indispensable para la seguridad y la estabilidad en Europa”.
Las consecuencias de estas palabras no se hicieron esperar. El Kremlin reaccionó rápidamente, advirtiendo sobre la inevitable posibilidad de un conflicto armado entre Rusia y la OTAN.
El portavoz de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, instó a los países implicados a considerar las graves implicaciones de sus acciones, preguntando si realmente se alinean con los intereses de sus ciudadanos.
El canciller francés, Stephane Sejourne, intentó suavizar la declaración presidencial, destacando que los países de la OTAN podrían enviar tropas a Ucrania sin cruzar el umbral de la guerra, proponiendo tareas como la desactivación de campos minados o la contribución en seguridad cibernética.
Sin embargo, el canciller ruso, Serguei Lavrov, fue contundente al señalar que tales ideas deberían ser más sensatas y seguras para Europa.
Otros líderes europeos, como el canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, rechazaron la idea de enviar tropas a los campos de batalla.
Países como Gran Bretaña, Italia, Finlandia, Suecia y República Checa expresaron posturas similares, respaldadas por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien afirmó que no hay planes para enviar tropas a territorio ucraniano.
Sin embargo, la polémica no terminó ahí. Macron, en el mismo discurso, sugirió la posibilidad de suministrar misiles y proyectiles de mayor alcance a Ucrania, una medida que podría cruzar otra línea roja desde la perspectiva rusa.
La amenaza de suministrar armamento capaz de alcanzar el territorio ruso ha aumentado la tensión en el conflicto europeo actual, y el canciller Lavrov advirtió que esto equivaldría a un acto suicida.
La guerra en Ucrania sigue su curso y el paso de las semanas y meses serán los que van a ir reflejando como se desenvuelve el acontecimiento bélico.