Este miércoles, Estados Unidos y México han acordado implementar nuevas medidas arancelarias para fortalecer la cadena de suministro de acero y aluminio.
Hoy, ambas naciones anunciaron que el acero proveniente de México solo será elegible para beneficios libres de impuestos si es fundido y vertido en México, Estados Unidos o Canadá. Aquellos productos que no cumplan con este requisito enfrentarán aranceles del 25%, según lo informado por la Oficina de Prensa de la Casa Blanca.
En cuanto al aluminio, las importaciones de México que contengan aluminio primario fundido o moldeado en países como China, Bielorrusia, Irán o Rusia, serán sujetas a un arancel del 10%. Estas medidas buscan proteger la industria local de posibles desviaciones comerciales que podrían afectar su viabilidad a largo plazo.
¿Por qué decidieron tomar estas medidas?
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, destacó que estas acciones conjuntas están destinadas a preservar la integridad del mercado del acero y aluminio en América del Norte.
Tai enfatizó que las políticas de no mercado de China han exacerbado la crisis global de sobreoferta.
Las políticas y prácticas de no mercado de China son todo menos justas y han conducido a la crisis global de exceso de capacidad no de mercado que plantea una amenaza existencial para nuestras industrias de acero y aluminio orientadas al mercado”, declaró Tai.
El presidente Joe Biden había adelantado esta colaboración con el Gobierno de México para evitar que el acero y aluminio provenientes de China ingresen a Estados Unidos a través del territorio mexicano, eludiendo así los aranceles impuestos por Washington.