Con 362 votos a favor, 133 en contra y sin abstenciones, la Cámara de Diputados, con mayoría de Morena y sus aliados, aprobó en lo general una reforma que otorga más responsabilidades a la Guardia Nacional, reforzando su participación en las tareas de seguridad y extendiendo sus labores en aduanas, construcción de obras, transporte de combustibles y apoyo social bajo la dirección de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).
Esta modificación impacta 12 artículos de la Constitución, y establece que la Guardia Nacional estará compuesta por personal militar con formación policial. Además, se le otorga la facultad de participar en investigaciones de delitos, bajo la coordinación del Ministerio Público.
De ser aprobada definitivamente, esta sería la tercera reforma constitucional impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por el Congreso antes del cierre de su mandato, previsto para el 30 de septiembre.
Durante la sesión, los diputados de Morena y sus aliados celebraron la aprobación con vítores a la Guardia Nacional, a las Fuerzas Armadas, al presidente López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum.
En contraste, los legisladores de oposición expresaron su preocupación, señalando un proceso de militarización en el país.
Reacciones tras aprobación de Reforma de la GN
Clara Luz Flores, legisladora de Morena, defendió la reforma y criticó las acusaciones de la oposición, afirmando que el concepto de militarización implica un aumento progresivo del poder militar en funciones civiles, algo que, según ella, no está ocurriendo en México.
Además, subrayó que las funciones de la Guardia Nacional están claramente definidas y reguladas por la nueva legislación.
Por otro lado, Lorena Piñón, del PRI, manifestó su rechazo a la reforma, argumentando que esta aleja a México de los estándares internacionales en materia de seguridad pública.
También señaló que las recomendaciones de organismos internacionales y sentencias de tribunales internacionales apuntan en contra de medidas como esta.
En días recientes, tanto la oficina de las Naciones Unidas en México como Amnistía Internacional se han sumado a las voces que piden no aprobar esta reforma, advirtiendo sobre el riesgo de que el Ejército gane demasiado poder en tareas de seguridad pública, lo cual genera inquietudes entre expertos y organizaciones civiles.