El gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela está enfrentando crecientes críticas por sus medidas que parecen restringir el espacio democrático y aumentar la represión contra la disidencia, reflejando el camino tomado por Daniel Ortega en Nicaragua después de las protestas de 2018.
Las acciones recientes del gobierno venezolano incluyen la aprobación de leyes que limitan el trabajo de las organizaciones no gubernamentales y la posibilidad de restringir la observación electoral externa, según expertos y críticos.
Estos movimientos han llevado a comparaciones con la estrategia utilizada por Ortega, quien implementó un Estado policial en Nicaragua para reprimir a la oposición y consolidar su poder, especialmente antes de las elecciones de 2021.
Ortega aprobó leyes que criminalizaban la disidencia y limitaban la participación política, resultando en una reelección sin competencia real.
En Venezuela, después de las elecciones del 28 de julio, donde se proclamó ganador a Maduro, el Consejo Nacional Electoral no ha proporcionado resultados detallados, lo que ha aumentado las sospechas de fraude.
La represión contra la oposición también se ha intensificado, y la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo, ha avanzado con proyectos de ley que, según críticos, buscan criminalizar la labor de los activistas y limitar la presencia de observadores internacionales en futuras elecciones.
Situación en Venezuela
La situación en Venezuela ha generado preocupación por una posible nueva ola migratoria, similar a la que ocurrió en Nicaragua, donde la represión gubernamental llevó a un éxodo masivo de ciudadanos.
En Venezuela, la crisis económica y política ya ha provocado la salida de casi 8 millones de personas desde 2014.
Aunque existen paralelismos en las tácticas de represión entre Venezuela y Nicaragua, también hay diferencias en el contexto político y la respuesta internacional.
En Venezuela, la comunidad internacional está más atenta y ha demandado mayor transparencia en los procesos electorales, algo que no ocurrió con la misma intensidad en Nicaragua durante su crisis en 2018.
El futuro de Venezuela bajo el gobierno de Maduro sigue siendo incierto, especialmente en cuanto a la capacidad del régimen para mantener un Estado policial y sofocar la disidencia a largo plazo.
La resistencia interna y la presión internacional serán factores clave en la evolución de la situación política en el país.