La exclusión del Rey Felipe VI de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, ha generado tensiones diplomáticas entre España y México. El Gobierno español calificó de “inaceptable” que el monarca no haya sido invitado a la ceremonia del 1 de octubre en Ciudad de México, lo que llevó a la decisión de no enviar representación oficial al evento.
La respuesta de España
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España emitió un comunicado en el que expresó su descontento por la exclusión del Rey, quien históricamente ha encabezado las delegaciones españolas en ceremonias de investidura presidencial en América Latina. España decidió no participar en la toma de posesión “a ningún nivel”, lo que significa que ni el embajador español ni ningún funcionario estarán presentes. Esta situación marca un momento tenso en las relaciones diplomáticas entre ambos países.
El contexto de la relación México-España
Esta decisión no ocurre en un vacío. Desde 2019, la relación entre los gobiernos de México y España ha estado marcada por desacuerdos. Uno de los momentos clave fue la petición del presidente Andrés Manuel López Obrador a Felipe VI para que pidiera disculpas por los abusos cometidos durante la conquista de América, una solicitud que España rechazó. Este gesto enfrió las relaciones políticas, aunque los lazos comerciales han permanecido robustos.
Felipe VI asistió a la toma de posesión de López Obrador en 2018, pero en esta ocasión el gobierno mexicano extendió la invitación únicamente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, excluyendo al Rey, lo que fue visto como una afrenta por las autoridades españolas. Medios locales sugieren que la exclusión del monarca puede estar relacionada con la histórica fricción entre los dos países en torno a la herencia colonial.
La invitación a otros mandatarios
A pesar de la exclusión de Felipe VI, el equipo de transición de Sheinbaum ha confirmado la participación de diversos líderes internacionales. Entre los mandatarios que asistirán se destacan los presidentes de Brasil, Colombia, Chile y Cuba, así como representantes de varias naciones africanas y caribeñas. Sin embargo, notables ausencias incluyen la de Vladimir Putin, quien fue invitado pero declinó asistir tras la petición de Ucrania de que sea arrestado si ingresa a México.
Además, Estados Unidos enviará a la primera dama, Jill Biden, como su representante, mientras que Canadá estará representado por su viceprimera ministra, Chrystia Freeland. La lista de asistencia refleja una amplia representación de América Latina, pero un número limitado de líderes europeos, lo que resalta la particularidad de la relación entre México y Europa en este evento.