Robert Roberson, un hombre de 57 años de Texas, está programado para ser ejecutado esta semana por la muerte de su hija de 2 años, Nikki Curtis, en 2002.
Este caso podría marcar la primera ejecución en Estados Unidos relacionada con el diagnóstico del síndrome del bebé sacudido, según detalla Telemundo.
Roberson ha mantenido su inocencia desde su arresto. Sus abogados argumentan que la condena fue basada en pruebas científicas defectuosas y que nuevas evidencias muestran que Nikki Curtis no murió por abuso, sino por complicaciones derivadas de una neumonía severa.
“La hipótesis del síndrome del bebé sacudido/traumatismo craneal por abuso que se utilizó contra Roberson no tiene base científica”, aseguró Kate Judson, directora del Centro para la Integridad en las Ciencias Forenses.
¿Qué dicen los fiscales sobre el caso de la niña?
Ellos han rechazado las nuevas pruebas, sosteniendo que la causa de la muerte fue el abuso físico infligido por su padre.
A pesar de una audiencia en 2022 para revisar las pruebas, un juez decidió mantener la condena y la ejecución programada.
Este síndrome se refiere a lesiones cerebrales graves causadas por sacudir violentamente a un niño o golpearlo contra superficies duras.
La Dra. Suzanne Haney, experta en maltrato infantil, explica que estas lesiones suelen ser diagnosticadas cuando se detectan tres síntomas clave: hemorragia cerebral, hinchazón cerebral y hemorragia en los ojos.
Sin embargo, los críticos alegan que este diagnóstico puede ser erróneo y que condiciones médicas como la neumonía podrían simular estos síntomas.
En los últimos años, tribunales de varios estados, como California, Ohio y Texas, han anulado condenas relacionadas con el síndrome del bebé sacudido tras la presentación de nuevas pruebas científicas.
No obstante, Danielle Vázquez, del Centro Nacional sobre el Síndrome del Bebé Sacudido, señala que la mayoría de las condenas relacionadas con este diagnóstico se han mantenido, subrayando que “la preocupación es que los padres, frustrados o cansados, pueden no actuar adecuadamente con un bebé que llora”.
Según Gretchen Sween, abogada de Roberson, Nikki Curtis murió por complicaciones de neumonía no diagnosticada, agravada por medicamentos inadecuados. Sin embargo, los tribunales no han aceptado esta versión.